Con singular éxito de público y crítica, se produjo la vernissage de la artista plástica
argentina Adriana Gaspar, el pasado 3 de agosto, en la galería Forma, de Buenos
Aires.
La inauguración de su muestra, titulada “Introspección”,
reunió en el reconocido salón -regenteado desde hace años por Ana María
Hirlemann y Mónica Cassini- a buena cantidad de artistas, críticos de arte,
conocedores y público en general, acorde con el reconocimiento que Gaspar ha
recibido a lo largo de su fructífera carrera.
Siempre renovada, en esta ocasión la artista
sorprendió a sus seguidores con una nueva serie de sus collages, dotada de una
vitalidad acrecentada y reflejo del intenso trabajo interior desarrollado por
Gaspar desde su muestra anterior.
En palabras del poeta argentino Luis Raúl Calvo, quien
desarrolló una muy interesante presentación de la obra, “El tema del tiempo, el pasado, el presente y el futuro confluyen en la
obra de Adriana Gaspar como algo que alude a su propia identidad, a sus propias
raíces. Siguiendo una concepción estructuralista, esto ya lo veníamos
advirtiendo algunos años atrás en los comienzos de su etapa de cajas-objetos
que ella comenzó a transitar, en una línea de profunda introspección, de
marcada interioridad con su propio yo. Si en aquel momento el acento estaba
puesto en mostrarnos esos imaginarios de la infancia que cada uno tal vez
comenzó a transitar como en un breve itinerario personal- al ser partícipes de
su obra y recrearlas con nuestra propia subjetividad- la actualidad de nuestra
artista la encuentra como sumergida en capas todavía de mayor profundidad que
la anterior”, subrayó el autor.
Las obras exhibidas, de pequeño formato pero de
remarcable potencia expresiva, parecen proyectarse sobre la sensibilidad del
espectador haciéndolo cómplice del juego de las formas y el color, al tiempo
que convidan a embarcarse en un viaje hacia el interior del espíritu que creó
estos collages, suficiente en varios
de los trabajos para producir una puesta en abismo de la mirada. Una mise en abîme que, en opinión de quien
esto escribe, tiene sus puntos más poderosos en dos obras: la titulada
“Ceremonias de vida” y aquella llamada “Vidas Cruzadas”; desde que en 1912
Georges Braque combinó disímiles elementos para agregarle este nuevo recurso a
la expresión artística, esta técnica, el collage,
no dejó de renovarse gracias a artistas
que, como la argentina Adriana Gaspar, saben aprovechar hasta el límite las
posibilidades que su arte brinda.
Remarca la introducción de Calvo: “La mirada de Gaspar en general es una mirada
intimista sobre los temas esenciales
como la vida y la muerte, hay elementos incorporados que aluden
simbólicamente al nacimiento a través del cordón umbilical, otros están enraizados
en una concepción que apunta al agujero negro, como aquellas zonas del espíritu
que han quedado como dañadas, quemadas, en ese contacto diario del ser humano
con su propia historia personal y con su entorno”.
Sin embargo, la visión de la artista es
suficientemente amplia como para abordar –más allá de los fenómenos de su
propia sensibilidad- aspectos que tienen que ver con lo externo, social e
histórico, como bien lo señala su obra, antes referida, “Vidas Cruzadas”, donde
–siempre en palabras del poeta Luis Raúl Calvo-: “alude a Eva Perón y a Victoria Ocampo en posiciones inversas, lo cual
sorprende al espectador, tal vez por esa
visión estereotipada y prejuiciosa con la cual a veces suelen verse los hechos
de la historia”.
Adriana Gaspar nació en Buenos Aires, Argentina, en 1958; Licenciada en Artes
Visuales y Profesora Nacional de Bellas Artes (especialidad pintura), en 2010
obtuvo el título de Especialista en Producción de Textos Críticos y Difusión
Mediática de las Artes, en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA).
Actualmente se encuentra cursando la Maestría en Crítica de Arte, en la misma
institución. Desde hace más de veinte años realiza muestras individuales y
colectivas en el país y en el exterior.
En resumen: una nueva demostración del talento y el
alcance de una obra plástica ya reconocida, bien valorada dentro y fuera de la
Argentina y siempre renovada.
Luis Benítez
Ceremonia
de Vida,
medidas 30 x 30 cm, año 2011, técnica collage.
Vidas
Cruzadas, 40
x 30 cm, año 2013, técnica collage.
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