martes, 21 de junio de 2011

¿De qué están hechos los Libros?

Por Omar Villasana


En Las Metamorfosis de Ovidio Febo es castigado por Cupido a ser despreciado por la ninfa Dafne quien en su desesperación pide a su padre Peneo la convierta en un objeto que retire de si ese afecto que se niega a corresponder. Peneo cumple su deseo y Dafne es convertida en un árbol de laurel.
Febo no logra consumar su pasión pero no por ello deja de amarla:
“Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol; siempre mi cabellera, mis cítaras y mi carcaj se adornarán contigo. ¡Oh, laurel!, tu acompañarás a los capitanes del Lacio cuando los alegres cantos celebren el triunfo y el Capitolio vea los largos cortejos...”
Si las hojas de laurel serán testigos de tantas hazañas, el libro impreso (cadáver del árbol) no sólo será testigo de crónicas, será alimento, consuelo de corazón contrito, sombra que da cobijo por cientos de años.
¿Pero acaso el libro está hecho del matrimonio de grafito y celulosa? Aunque la pregunta suene absurda, el advenimiento de las tecnologías digitales en formatos que nos permiten la inmediatez y la movilidad del libro impreso (no es lo mismo tratar de leer en una laptop que en una tablet) vienen a sacudir la certidumbre de un medio que con justo valor ha tomado residencia en nuestras vidas.
Pero el libro impreso no deja de ser un medio y no por ello debemos temer que el verdadero mensaje busque alojarse en cuantos de silicio, en código de software, en pulsos eléctricos.
Los libros son un espejo pero no una imagen narcisista, sino un reflejo que nos descubre.
Entonces realmente ¿de qué están hechos los libros?
Los libros están hechos de nosotros mismos, de nuestros miedos, vicios, frivolidades, sueños, virtudes, ideales y de las preguntas que nos hacemos todos los días como seres humanos.

3 comentarios:

  1. Breve y muy bien dirigido artículo de Omar Villasana, autor que ya tuve el placer de leer en estas mismas páginas electrónicas. La precisión del remate nos recuerda la única verdad, ineludible, de la esencia de cada volumen. De parte de un lector agradecido, felicitaciones al autor y también al sitio por dar cabida a textos como éste.
    Luis Benítez (Buenos Aires)

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  2. Muchas Gracias por tu comentario Luis.
    Saludos
    Omar Villasana

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  3. Luis, es verdad, los libros son signos de signos. No importa que ahora sean impulsados en su realidad binaria.

    El abrazo es virtual pero no pierde significado.
    Sergio Astorga

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