jueves, 23 de julio de 2009

El molar de Judas


Por Alejandra Ferrazza


Trabajaban día y noche con sus herramientas. Socavando la superficie, ya habían llegado a hacer un pozo bastante profundo.


Pero a veces hay sorpresas, y uno nunca debería fiarse de las personas.


Todo sucedió inesperadamente, primero un aluvión de agua dejó inoperantes a centenares de ellos. Una segunda remesa llegó sin pérdida de tiempo, pero éstos fueron atacados por una especie de tornado que arrasó con todo. El panorama se estaba poniendo difícil. No obstante lo grave de la situación, seguían llegando refuerzos, pero esta vez para quedar sepultados bajo un magma que no tardó en endurecerse.


Judas los traicionó sin aviso, tantas veces lo habían oído decir que jamás se sentaría en la silla de un dentista…, y ahí estaba, muy orondo con su molar de oro.

4 comentarios:

  1. Parece que Judas era el único que creía que su maestro iba a liberar a su pueblo y por eso cantó ante sus enemigos para que Jesús ejerciera todo su poder. Los otros apóstoles eran muy pusilánimes, empezando por Pedro que lo hubiera negado otras tantas veces si no es porque canta el gallo. Posiblemente parte de las monedas las usó para hacerse no solo a un molar sino a un diente cuyo brillo deslumbró a las amigas de la Magdalena. Cuentan los evangelios apócrifos que mendigos que ponían en aprietos la Pax Romana, se los arrancaron luego de descolgarlo del árbol donde murió de despecho porque Jesús lo había traicionado.

    JoseO.

    ResponderEliminar
  2. me gusta mucho, corto pero intenso, con un final que sorprende. FELICITACIONES!!!!!!
    Alba

    ResponderEliminar
  3. "El molar de Judas" fue el tema para un cuento de hasta una pagina que se presentaron en el Taller de Proyecto Setra en Books & Books - Coral Gables (jueves, julio 16 a las 7:30 pm)

    ResponderEliminar
  4. Me encanta! Siempre con tus finales inesperados...

    Cheryl*

    ResponderEliminar