Por Lilian Córdova
Después de un par de años de haberlo planificado, mi mejor amigo: Pedro y yo –aún jóvenes y hartos de trabajar para los demás - por fin empezamos nuestro propio negocio, una Tienda de Respuestas. Pedro era economista y yo había obtenido una amplia gama de conocimientos como empleada en tiendas, gracias a mi periplo migratorio por los países de economías fructíferas en los años anteriores.
Decidimos alquilar un local en un shopping mall y abrimos nuestra tienda de respuestas. Al principio era un espacio pequeño, pero la gente compraba tantas respuestas que pudimos, en cuestión de un año, rentar un lugar mucho más amplio.
La idea de la tienda surgió porque desde pequeño, Pedro solía fabricar respuestas y venderlas a sus amiguitos del colegio, ya después en la universidad, fabricaba respuestas y las intercambiaba por besos con las chicas lindas, en fin tenía experiencia y conocimiento sobre el producto, lo que representaba un elemento fundamental al momento de iniciar un negocio de este tipo.
Al principio teníamos unos cinco proveedores, las respuestas que comprábamos en China, resultaban muy económicas y no requerían de mayor elaboración, tenían que ver con preguntas como, ¿quién inventó la seda? ¿Cuál es el diámetro de la tierra? ¿Cómo se preparan moros con cristianos? ¿Qué son moros con cristianos? ¿Cómo se fabrica una mesa?
Pero también teníamos unos excelentes proveedores latinoamericanos, entre ellos Brasil, Venezuela y Colombia, cuyas respuestas se vendían muy bien y daban contestaciones a cosas como: ¿Cómo se baila salsa? ¿Cómo se seduce a una mujer? ¿Cómo conquistar a un hombre? ¿Cómo tener 50 años y parecer de 35? ¿Cómo mantener tres niños, un matrimonio, pagar las cuentas de la casa sin perder el sentido del humor? ¿Cómo hacer reír a los demás? ¿Cómo hacer enojar a los demás en cinco minutos? Teníamos también proveedores de Estados Unidos y Europa.
En nuestra tiendita teníamos productos de todas las tallas, eso ayudó en nuestro crecimiento, casi nadie se iba con las manos vacías. Una tarde un chico llegó y empezó a mirar los estantes, me acerqué y le pregunté:
- Te puedo ayudar en algo_
Pero él aún reacio a mi ayuda, me respondió: -sólo estoy mirando, gracias- yo continué organizando los estantes y a los minutos el joven se acercó y me dijo:
- Tendrás algo como para saber qué hacer si no quiero a mi esposa, pero tengo que estar con ella porque no me quiero separar de mis dos hijos.
- Mmm, Bueno por ahora tengo tres respuestas, porque no me ha llegado la nueva mercancía, ya te las muestro.
Saqué tres paquetes:
- Éste es el más económico, simplemente te quedas con tu familia, duermes en un cuarto diferente al de tu esposa y no se dirigen la palabra por el resto de sus vidas, pero tendrás a tus hijos cerca. Este otro, simplemente te separas de ella y no vuelves a ver ni a tus hijos ni a ella; y por último este de aquí que es el más costoso, pero es bueno: te conviertes en su amigo, tienen una separación sana, que no sea traumática para los niños y te mudas al edificio de al lado.
El chico miró el último con agrado pero al ver la etiqueta, pensó en voz alta:
- Pero este me va a costar mucho… titubeó y dijo: mejor dame el primero.
OK, lo lleve a la caja, lo facturé y se lo entregué en las hermosas bolsitas que habíamos mandado hacer para nuestro negocio:
- Qué tengas un gran día-
Me dio las gracias y se fue sonriendo.
Pedro y yo teníamos mucho trabajo, los fines de semana se llenaba la tienda, vendíamos muchas respuestas, había una gran variedad, respuestas pragmáticas, sencillas, románticas, existencialistas, funcionales, triviales e incluso al transcurrir unos cinco años logramos comprar al mayor respuestas mucho más costosas de fuentes secretas, de organismos de investigación importantes enquistados en lo más recóndito del planeta, así que llegamos a tener productos que valían miles de dólares y que los vendíamos a entes gubernamentales, grupos guerrilleros, organismos internacionales, cuerpos terroristas, entre otros sectores poderosos del acontecer mundial.
¿Dónde estaba Osama Bin Laden? ¿Cómo se fabricaba un telescopio superior al ELT? ¿Mejores precios para viajar a Marte?, Tres nuevos evangelios, ¿qué ocurrió con la civilización maya?, Manuales de fabricación de armas nucleares, entre otras muchas respuestas.
Estábamos en la flor de nuestra prosperidad empresarial, pero de pronto la situación empezó a desmejorar, durante enero, febrero y marzo, los meses en que se solían vender más respuestas, por tratarse del inicio de un año nuevo, bajaron considerablemente las ventas, cuando mi amigo y yo revisamos los libros contables rompimos a llorar en la oficina, secándonos las lágrimas con nuestros pañuelos de tejido de fibra lunar, que habíamos comprado en 20 mil dólares cada uno.
Durante una semana Pedro no apareció por la oficina, el lunes apareció temprano en la puerta con un informe, que había estado escribiendo sobre las causas de nuestro descenso y me explicó:
- Básicamente se debe a dos motivos: la competencia y el público. Una empresa estadounidense que se dedicaba a proveernos respuestas al mayor a diversificado su mercado y ahora tiene distribuidores detallados y a precios muy bajos, es un producto bien comercial pero a la gente le gusta, tiene respuestas sobre: ¿quién es más bonita ella o yo?, ¿Cómo ser tan bonita como ella?, ¿qué puedo hacer para ganar más dinero? ¿Cómo puedo ser más hermoso?, claves para ser popular, y cosas así, al principio no nos afectaba pero ahora sí, además según estas cifras que tengo aquí, el 80% de nuestros clientes ya no quiere más respuestas, se sienten seguros con lo que ya saben y no tienen muchas dudas.
Yo que me encontraba sensible por esos días, lo miré, solté unos grandes lagrimones y con la cara bien contorsionada, le pregunté:
- Y ahora ¿qué vamos a hacer?
Él colocó su maletín sobre la mesa y sacó una respuesta empaquetada y con una cara de satisfacción, me dijo:
- mira lo que fabriqué…
Ahí estaba la respuesta: Crear una tienda de Preguntas.
Y así empezamos una empresa mucho más fructífera y con un producto más exclusivo, contratamos a un grupo de diseñadores de preguntas de lo más exquisito a nivel mundial, teníamos un importante staff de filósofos, físicos, diseñadores de modas.
Al principio, no fue fácil, porque la primera colección de preguntas a veces chocaba con ciertos patrones culturales convencionales, pero estaban diseñadas de una manera contundente, que poco a poco la gente fue saboreando y empezó a consumir. Nuestro slogan para la primera campaña era algo así como: “Una pregunta es fácil de hacer, pero ¿qué hay de una buena pregunta?”.
En este sentido teníamos preguntas para todas las áreas: ¿Para ahorrarme los problemas del matrimonio y los hijos, sería mejor que mi hermana y yo tuviéramos un bebé por inseminación artificial? ¿Qué pasaría si invito a un desconocido a acostarse conmigo y después le lanzo un fajo de billetes? ¿Qué se siente besar a alguien del mismo sexo? ¿Cómo sería decir toda la verdad por un día entero? ¿Cómo sería un día en el que nadie salga de sus casas y todos los humanos ingieran un LSD? ¿Qué pasaría si se aparece Jesucristo? ¿Qué pasaría si aparecen los extraterrestres? ¿Qué pasaría si aparecen todos juntos?
Luego surgieron otras firmas que competían con nosotros, pero ya habíamos logrado constituir una gran empresa apoderándonos de ambas ramas: Preguntas y Respuestas.
Que ¿cuál es el final de esta historia? eso podríamos venderlo en una de nuestras tiendas exclusivas dentro de la nueva colección de respuestas de verano, pero una cosa es la riqueza y otra la tacañería, así que no les negaré estas últimas líneas: Pedro y yo amasamos una gran fortuna para nosotros y nuestras futuras generaciones y no volvimos a los duros trabajos de nuestra juventud, gracias a la curiosidad humana y su vehemente necesidad de preguntas respondidas y respuestas preguntadas.
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