miércoles, 16 de junio de 2010

Rabia

Por Osvaldo Figueroa


Porque corrió tu mano a hacer lo sucio...

Acto cobarde del espíritu.

Robar es un acto miserable

que sólo la necesidad perdona.

¿Justificas tu acción?

¿Acaso no sabías lo que hacías?

Un daño ignorado por completo.

Mataste el lado bueno

y desataste el oscuro,

tal vez el más arraigado en tí.

Condenaste a tu vida con el karma

de ser víctima algún día.

Cobarde, te adueñaste de lo ajeno,

te ensuciaste las manos

con tu pobreza de espíritu.

¿A dónde irás con lo mío?

Si al menos lo leyeras…

¿Podrías apreciarlo?

Jamás lo harás,

si lo hicieras…

devolverías esas noches

que no te pertenecen.

Mi sacrificado deleite

en tus miserables manos…

Ya no importa,

esta rabia que me ahoga

se disipa para no cohabitar contigo.

Lo que te llevaste

lo guardo en mi mente,

lo escribiré otra vez

y será un deleite repetido.

Te pensaré en instantes

y quizás te agradezca

por fortalecer mi espíritu.

Esta rabia cede…

y seguiré escribiendo cada noche

para no decirte las cosas

que hieren mi garganta.

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