domingo, 15 de noviembre de 2009

Of such paradoxes realities are made

By Danilo López
















The first time, I brought her cigarettes
Too
The next time I followed her in
A taxicab right to the door
I was trembling, she
Was expecting me

One third into the galaxy the joy of arriving
Supplanted the joy of departing
“If different universes exist” I conjecture
“It may well be that each has different sets of laws”
And we, a speck of sand in the immensity of
The Kosmos –physically speaking
Realized our enormity in the chain of evolution
From the Big Bang to the Big Crunch

And so it is that love is born out of a
Trap
A vast circle enclosing on me eighteen years
Later
She was nineteen I twenty three
I had my way in a cheap motel
Her belly shaking with fear and desire
I being gentle and caring like an
Experiment on curiosity
Like a God toying his creature

Sub-atomic particles have no specific
Identity or agenda, they live in a netherworld
Of potential being
We, on the other hand, entrenched in our creation
A rational, structured, rigid matter-world
Have only our fingers to count
The light reached us on descent, still travelling

The universe is radiance and darkness
Light searches for us and we evade it in the shadows
In the fabric of spacetime the Big Bang happened
A few seconds ago
We still scramble in the lengthy night

In a complex system, a chaotic one, the variables
Have an attractor that pulls the system towards a
Certain state or behavior
There is a pattern
She and I formed a binary system
Twin stars orbiting around each other
A chaotic system of love with a thousand variables
And one attractor
Your life, our lives
Entanglement

"Like shinning arachnids with their
Webs and small clocks in the garden
Dangling on the air, sticky like
Precise caramels in fornication until
The game is complete
Too big, too smart to allow entrapment
Humidity falls and hangs there"
My perspiration caught in the attic of
An old house spider webs everywhere
And no excuse to move away from the sun:
A joke, a glass, a glow in the mountain
A word misspelled, erased and misspelled again

Happiness is a matter of courage, she told me
Sadness is a matter of weakness, I replied
Phantoms are irrelevant, we concluded
She and I, a still trepidation at the center of
Galaxies



sábado, 14 de noviembre de 2009

Puertas

Por René Dayre Abella










Las puertas son

hendiduras abiertas a la noche,

agujeros

jirones deshilachados

en el costado virgen de la tarde

ranuras resquebradas que miran

donde un loco baila jadeante.

Puertas

punto final de un laberinto

acceso definitivo

a la loca vacuidad de cada día

puertas, puertas

lecho improvisado

que aspira el aire de mi aliento.

martes, 10 de noviembre de 2009

Rastros

Por Gloria MiladelaRoca








Rojo intenso en la piel

detiene el tiempo de silencios

miradas que se olvidan del lugar

atienden un poema

engrandecido por un vals

hierbas escogidas

habitación inexplorada en un país eterno y mudo

abre sus puertas y celebra

domingo, 8 de noviembre de 2009

Carta a mi querida Anna

Por Amilcar Barca

Querida Anna:

Hubiera preferido omitir este participio pasado que inaugura mi carta, en nombre de la dignidad. Pero el respeto hacia tu persona, corresponda o no su merecido aprecio, permanece aún en mí y me acompaña como hombre, incluso, en los momentos más fríos de mi vida.

Aquel sábado de agosto, el aire cenaba con los hechos de un pasado y, nosotros, contemplamos el mar con la misma edad que cuando nos conocimos. Corría el viento por la bahía con una fuerza mansa y solemne. Vino a vernos y se quedó. Huía entre tus rizos libre y mi mano lo detuvo como el cuco de un reloj hacia las doce . Las caracolas y las medusas dormitaban en la orilla misma de la playa. Iniciamos el andar hacia un faro rojiblanco. Cerca del agua, las tumbonas y los niños marcaban la geografía del verano, los barcos de recreo se fundían con el verde espeso y la marea. Los dos vimos, la entrada de la tarde sin dar tregua a ningún vocablo; éramos, un uno de dos, y dos cuando quisimos ser uno. Fue una jornada con la memoria de un amor que siempre hubo.

¿Por qué esta alegoría a un paisaje que ya no existe? ¿ Por qué te nombro repetidas veces el estío en este enero de peces muertos? .

Estoy seco Ana. Lacio de ideas. Si algo necesito de ti es una silla: escucharte será un privilegio para mis manos dulces.

Atentamente decirte:

... no iré amor; pesa demasiado tu sombra .

viernes, 6 de noviembre de 2009

Acción virtual


Por Roger Silverio

Estando tan lejana te he buscado

en el dulce baúl de mis recuerdos

y al hallarte, tus labios he besado,

el número de veces no me acuerdo.


Esto encendió el deseo de tenerte

y desnudé tu cuerpo con premura

quemándome en pasión de solo verte

(esto de darte amor,... es mi locura).


Allá tu estás mi amor,... yo solitario

confundo a "realidad" con "espejismo"

cabalgo en este sueño hermoso a diario

preso de tus montañas y tu abismo.


jueves, 5 de noviembre de 2009

Periscopio


Por Rolando Jorge


Hacia finales del pasamanos

muere lejos

con destino

conducido

por pensamientos

a cierta preciosidad

Quien se suicida

en galería soleada

llamándose Myrn

roba azúcar

en medio de Venecia

Allí atisba

enfermedades

sólo de escritor

Luz de rododendro

entre edredones y tetas

y primogénito

deabajoparriba

no tiene

ni Elí

ni Samuel

ni muchacho

que juega.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Winds

By Paul Jordan


'Tis true I love you

that much is clear

yet why must I detest you so?

'Tis no more than proof my dear

that I will never let you go

by far or near or tempest

storm of gale or foghorn's wail

I will always at your side

be thine by mire and temptress

you and I your sire

though we midst die and burn

in fetid fire

by passions not at all controlled.

martes, 3 de noviembre de 2009

Toxcatl


De Omar Villasana


Mi nombre cristiano es Diego y he perdido la cuenta de los años que he transitado en este Colegio de Tlatelolco. Mis padres me dieron por nombre Topiltzin Xocoyotzin por ser el menor de entre mis hermanos.
La fortuna me había destinado a morar en la casa de los cantos, diestro en verdad era tañendo las flautas y el teponaztle. Mi voz, diáfana, desde muy temprano me reservó un lugar de honor en el Cuicacalli. Mi cuerpo, armonioso y ágil causaba envidia cuando nos entregábamos por noches a los areitos en el templo de Titlacauan.
Yo vi morir y renacer por años a Tezcatlipoca. Mancebo incólume que con gracia tañía la flauta. De quien al solo mirar a lo lejos sus negros cabellos nos obligaba a postrarnos anticipándonos a su llegada.
Nunca envidié ni temí semejante destino.
Seguro estaba que llegado el momento me serían entregadas en la diestra las flautas de Tezcatlipoca y llevaría en la siniestra las flores de cempoalxochitl, preludio de mi apoteosis. Mi cuerpo sin tacha alguna, no había sido profanado y mi voluntad no era otra que la del Calmecac.
Llegado el momento ya no sería yo el que extrajera el corazón de Tezcatlipoca, ni lo desmembraría para después empalarlo en el tzompantli. Llegado el momento Yo sería Tezcatlipoca. Es por eso que año con año me entregaban las flautas que habría de destruir antes de ser consagrado en el templo, después de haber tenido comercio con las mancebas que fielmente me entregarían a él.
Ese era mi destino que me fue arrebatado con la llegada de los hombres barbados. El falso Quetzalcoatl que habría de tomar venganza de la humillación y el exilio que lo había obligado nuestro Señor Tezcatlipoca.
No fue suficiente que me hubiesen negado mi destino. Por mi condición de discípulo del Calmecac fui entregado a este Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y obligado a vestir otros hábitos. Los años transcurrieron perezosos, adoptando otras lenguas, aprendiendo nuevos ritos.
Lo único que me ha mantenido en pie es ser testigo cómo durante el mes que nosotros llamamos toxcatl los hombres barbados entregan ritualmente a un mancebo sin tacha que gozará de un final similar al de nuestro Señor Tezcatlipoca. En esta Iztapalapa yo lo veo año con año inmolarse en un madero y ser adorado por todos como un Dios vivo.
El tiempo ha pasado inconmovible y mi cuerpo se ha encorvado en esta penosa labor de perpetuar en las crónicas de Fray Bernardino lo que fue el destino de otros y no el mío: el de Cristo y Tezcatlipoca.