Esa parte que se esconde –a juicio de mediaIsla editores, ltd, responsables de la edición- constituye “una apuesta desenfrenada, una aventura a toda piel sobre el tablero del fuego y la pasión”. Es un libro que cuestiona y se cuestiona sobre el amor, sobre el deseo y pone a las palabras, cuerpo a cuerpo, frente al nombre de la cosa que se nombra.
En palabras del escritor barranquillero Jaime Cabrera González, los poemas de Beatriz E. Mendoza “tienen la virtud de revelar la intensidad del fuego, la calidez del rescoldo y las pavesas definitivas valiéndose de la expresión sencilla y singular en que se fraguó una experiencia del deseo y su más allá”.
Por su parte la periodista colombiana Adriana Herrera destaca que “Beatriz E. Mendoza tiene una lengua capaz de usar los nombres más comunes de las cosas, la pura materia cotidiana, para encender fuegos breves e impredecibles con los destellos y las sombras del deseo."
Esa Parte Que Se Esconde
De tu cuerpo intocable sólo reclamo
una muesca del iris de tu ojo izquierdo
que hice mía una noche en que me hundí en tus ojos
hasta que la luz del día los invadió cegándome.
De tu cuerpo intocable sólo reclamo
ese centímetro de piel en tu espalda
que bauticé a punta de besos hace ya mucho tiempo
consumida por un amor que ahora sirve de nada.
También (se me olvidaba)
un cachito de tu pelo
y el lunar que tienes en el lugar impúdico.
Pero sobre todo, sobre todo es mía,
esa parte que se esconde a los ojos del mundo
Instrucciones
Escucha lo que te digo.
No me vistas sin antes desvestirme.
No me abraces sin enlazarte a mi espalda.
No me invites a comer algo que no sea etéreo.
No me seas fiel, sino fiel a tus palabras.
No me hables sin antes escucharme,
sin antes indagar en el fondo de mis sueños.
No vengas sin ambición, sin talento y sin ternura.
Y ten siempre dispuesta una sonrisa alada
y el hueco que se forma entre tu pecho y tu brazo
o el que habita en el centro de tu espalda
o el que puebla de sombras el valle de tu ombligo.
Una noche,
cualquiera de estas noches,
cualquiera de estas cosas
pediré prestadas.
Centerfold
La chica de la revista
mira absorta un paisaje exótico.
Su cuerpo, sus tetas apretadas,
la fina lencería,
el maquillaje,
los aretes,
los tacones,
todo,
todo perfecto.
Yo en cambio carezco
de todas esas cosas
y sin embargo tengo
el paisaje exótico de tu cuerpo de cedro,
la limpieza de mi rostro,
mis tetas pequeñitas
que tú llamas perfectas,
el vestido ocre de mi sudor perlado,
la mirada perdida en el éxtasis.
Y la pose: las manos en el pelo
y el perfil que te mira de reojo.
Y tu sexo en mi sexo.
Cámara de Torturas
Átame.
Ata mi cuerpo al tuyo
Con una sola y extensa caricia
interminable como esta noche.
Átame.
Encadena mis pies a tus pasos,
mis manos a tu pecho,
amordaza mi boca con tus besos
y venda mis ojos con tu llanto.
Tortúrame con el peso implacable
de tu cuerpo sobre el mío
y entierra el filo de tus caderas angulosas
en la carne blanda de mi vientre blanco.
Asfíxiame con tu respiración.
Abofetéame con tu cabello.
Quema mi piel con el contacto de la tuya
y marca mi rostro con la huella de tu lengua al rojo vivo.
Fustiga mi espalda con tu saliva ardiente
y doblega mi cuerpo bajo la fuerza de tus manos.
Cuando me rinda,
cuando me entregue,
cuando por fin confiese,
recoge mi cuerpo abandonado
y deposítalo en la celda inexpugnable de tu piel
tras los barrotes de tus piernas y tus brazos.
Da entonces a mi boca
el alivio de tus líquidas palabras,
a mi frente el descanso del sueño.
Sé mi salvador y mi verdugo
y espera junto a mí
la llegada del alba,
el arribo de la próxima jornada.
Beatriz E. Mendoza nació en Barranquilla, Colombia. Estudió Comunicación Social en Bogotá y luego emigró a Estados Unidos. Ha publicado cuentos y poesías en las revistas literarias Baquiana, Puesto de combate, Narrativas, Letralia y en el suplemento dominical del periódico El Heraldo. Su relato “Toñita” fue incluido en la antología Rompiendo el silencio de Editorial Planeta. Esa parte que se esconde es su primer poemario.