domingo, 11 de agosto de 2013

Muestra introspectiva de la artista argentina Adriana Gaspar - Reseña de Luis Benitez


Con singular éxito de público y crítica, se produjo la vernissage de la artista plástica argentina Adriana Gaspar, el pasado 3 de agosto, en la galería Forma, de Buenos Aires.
La inauguración de su muestra, titulada “Introspección”, reunió en el reconocido salón -regenteado desde hace años por Ana María Hirlemann y Mónica Cassini- a buena cantidad de artistas, críticos de arte, conocedores y público en general, acorde con el reconocimiento que Gaspar ha recibido a lo largo de su fructífera carrera.
Siempre renovada, en esta ocasión la artista sorprendió a sus seguidores con una nueva serie de sus collages, dotada de una vitalidad acrecentada y reflejo del intenso trabajo interior desarrollado por Gaspar desde su muestra anterior.
En palabras del poeta argentino Luis Raúl Calvo, quien desarrolló una muy interesante presentación de la obra, “El tema del tiempo, el pasado, el presente y el futuro confluyen en la obra de Adriana Gaspar como algo que alude a su propia identidad, a sus propias raíces. Siguiendo una concepción estructuralista, esto ya lo veníamos advirtiendo algunos años atrás en los comienzos de su etapa de cajas-objetos que ella comenzó a transitar, en una línea de profunda introspección, de marcada interioridad con su propio yo. Si en aquel momento el acento estaba puesto en mostrarnos esos imaginarios de la infancia que cada uno tal vez comenzó a transitar como en un breve itinerario personal- al ser partícipes de su obra y recrearlas con nuestra propia subjetividad- la actualidad de nuestra artista la encuentra como sumergida en capas todavía de mayor profundidad que la anterior”, subrayó el autor. 
Las obras exhibidas, de pequeño formato pero de remarcable potencia expresiva, parecen proyectarse sobre la sensibilidad del espectador haciéndolo cómplice del juego de las formas y el color, al tiempo que convidan a embarcarse en un viaje hacia el interior del espíritu que creó estos collages, suficiente en varios de los trabajos para producir una puesta en abismo de la mirada. Una mise en abîme que, en opinión de quien esto escribe, tiene sus puntos más poderosos en dos obras: la titulada “Ceremonias de vida” y aquella llamada “Vidas Cruzadas”; desde que en 1912 Georges Braque combinó disímiles elementos para agregarle este nuevo recurso a la expresión artística, esta técnica, el collage, no dejó de  renovarse gracias a artistas que, como la argentina Adriana Gaspar, saben aprovechar hasta el límite las posibilidades que su arte brinda.
Remarca la introducción de Calvo: “La mirada de Gaspar en general es una mirada intimista sobre los temas esenciales  como la vida y la muerte, hay elementos incorporados que aluden simbólicamente al nacimiento a través del cordón umbilical, otros están enraizados en una concepción que apunta al agujero negro, como aquellas zonas del espíritu que han quedado como dañadas, quemadas, en ese contacto diario del ser humano con su propia historia personal y con su entorno”.
Sin embargo, la visión de la artista es suficientemente amplia como para abordar –más allá de los fenómenos de su propia sensibilidad- aspectos que tienen que ver con lo externo, social e histórico, como bien lo señala su obra, antes referida, “Vidas Cruzadas”, donde –siempre en palabras del poeta Luis Raúl Calvo-: “alude a Eva Perón y a Victoria Ocampo en posiciones inversas, lo cual sorprende al espectador, tal vez  por esa visión estereotipada y prejuiciosa con la cual a veces suelen verse los hechos de la historia”.
Adriana Gaspar nació en Buenos Aires,  Argentina, en 1958; Licenciada en Artes Visuales y Profesora Nacional de Bellas Artes (especialidad pintura), en 2010 obtuvo el título de Especialista en Producción de Textos Críticos y Difusión Mediática de las Artes, en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Actualmente se encuentra cursando la Maestría en Crítica de Arte, en la misma institución. Desde hace más de veinte años realiza muestras individuales y colectivas  en el país y en el exterior.
En resumen: una nueva demostración del talento y el alcance de una obra plástica ya reconocida, bien valorada dentro y fuera de la Argentina y siempre renovada.

Luis Benítez


Ceremonia de Vida, medidas 30 x 30 cm, año 2011, técnica collage.



Vidas Cruzadas, 40 x 30  cm, año 2013, técnica collage.


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