martes, 20 de julio de 2010

JAMÁS


Por Beatriz Cocina (Uruguay)

Ese ómnibus la llevaría lejos: al país de nunca jamás.
Jamás volvería a verlo, a besar su rostro, a entregarle su amor.
Sus sueños de Cenicienta se habían desvanecido. Lloró sin consuelo todo el viaje.
Cuando el chofer gritó ¡destino!, ella se estremeció. ¿Qué destino?, se preguntó en silencio.
Bajó como un autómata. Con los ojos nublados y el cuerpo entregado caminó unos pocos
pasos.
De pronto un encendido abrazo la contuvo. Él besó sus lágrimas y también lloró cuando le dijo:
–Jamás te volveré a dejar…nunca.
Sí, era verdad, había llegado al país de nunca jamás.

PUBLICADO EN LA COLECCIÓN LOS CUADERNOS DE LAS GAVIOTAS
POR CÁTEDRA IIBEROAMERIICANA IITIINERANTE DE NARRACIIÓN ORAL ESCÉNIICA

4 comentarios:

  1. El país de los sueños? El cuento termina a mi entender en “De pronto un encendido abrazo la contuvo”.

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  2. Coincido con John, el cuento termina con mucha más fuerza en esa frase; nos deja imaginar más.

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  3. Considero que quien decide exponer al publico su obra, de por sí está haciendo un acto heroico ya que está dispuesto a recibir críticas, sean o no de su agrado.
    “Jamás” puede extenderse y no terminar nunca!
    Saludos

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  4. La versión perfecta no existe, cada lector escribe la suya al enfrentarse a la obra, así es la literatura. Saludos!

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