domingo, 9 de mayo de 2010

Port au Prince

Por Omar Villasana




Las calles se desbordan.

Los alambres de púas que resguardan los cascos azules

evitando a toda costa que con las ruinas se construyan

escaleras que alcancen la muralla tan celosamente protegida.

Todo aquí es cuesta arriba.

La gente camina inmutable, ni tristeza ni enojo refleja su mirada.

Una curtida certidumbre de que el día a día es azaroso.

Blindados, subimos la pendiente.

Subimos.

Todo aquí es cuesta arriba.

Esta es la casa donde hace domicilio la paciencia.

Incansable la calle se desborda mañana y tarde.

Los zapatos, las cazuelas

todos temen volver a sus casas

la gente ha hecho de las calles su hogar.

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