miércoles, 22 de abril de 2009

El útero de la nada

"Sólo la Nada penetra en donde no hay espacio."
Lao Tse, Tao Te King





I


En tu silencio amniótico se coagula el sonido,
ajeno a ti como mermado de permanencia,
y el tiempo se deforma en múltiples burbujas vacilantes,
transmuta la luz su arabesco nebuloso,
pasa, detenida en tu distancia, una luna.
Todo es impulso, el movimiento es falso.
¿Cómo saber que existes desde la nada?




II



Desdoblada en nulidad
cohabitas con lo posible,
ínsula entre vahos y latitudes fluidas,
cúmulo de hálito recordado,
soledad de un destino pleno
-ciega certidumbre de la piel
y el duende del corazón.




III


Coexistes con la pulsión
desde el epicentro de la nada.
Deshechas las formas
el ser se adentra en el mar
y es consumido por su inmanencia.
Creas, con letanía de procesión,
un cuerpo blando
—hecho del mineral del albor,
y has de nacer un día,
lejos del nombre y los cantos,
en el único claustro.


Por
Lidia Elena Caraballo

3 comentarios:

  1. Hermoso poema Lidia, lo leo y lo releo.
    Cada lectura lo reinventa y robando el tono de tu poema queda una dulce nostalgia placentaria.

    ResponderEliminar
  2. Si...muy hermoso.
    yo tampoco me canso de leerlo, Lidia

    ResponderEliminar
  3. Trata quitando amniótico en la primera estrofa. Me parece muy obvio.

    ResponderEliminar